Martin Sommer

Sommer, conocido como «El Verdugo de Buchenwald», fue considerado un sádico depravado quién según se dice ordenó que dos sacerdotes austríacos, Otto Neururer[1]​ y Mathias Spannlang, fueran crucificados de cabeza.

Según Morgen, Sommer tenía un compartimento secreto debajo del piso de su escritorio.

Mantenía allí ocultos instrumentos personales de tortura, como jeringas que utilizaba para matar a sus víctimas después haberles torturado, inyectándoles fenol, o inyectándoles aire en las venas y causando su muerte por embolia.

Entre sus actos de depravación se incluía golpear a un clérigo alemán, colgándole desnudo a la intemperio en el invierno y luego lanzándole cubetas de agua y dejándole morir congelado.

Tras el juicio del SS, Sommer recibió una degradación de rango y fue sentenciado a un batallón penal batallando en el Frente Oriental, donde fue herido en una explosión de tanque, perdiendo su brazo izquierdo y su pierna derecha.