Martín de Peralta I o Martín de Peralta el Viejo, fue obispo de Pamplona entre 1426 y 1457.
Accedió a la diócesis pamplonesa en 1426 cuando no tenía ni la edad canónica ni había recibido órdenes mayores.
[2] Su gobierno fue rutinario y mediocre, no aplicó las escasa reformas que propuso y provocó un conflicto grave en San Sebastián sobre el nombramiento de oficial foráneo, hecho en el que tuvo que intervenir el pontífice, obligándole a destituirlo por no haber sido elegido conforme a la norma.
Su mayor reconocimiento es haber participado en la construcción de la nueva catedral gótica pamplonesa.
A su muerte se planteó un cisma diocesano al disputarse la vacante un candidato agramontés y otro beaumontés.