Toda su vida sacerdotal la ha dedicado fundamentalmente a sus dos grandes amores: La Biblia y la cárcel.
Durante 12 años fue Delegado Nacional de Conferencia Episcopal Española para la Pastoral Penitenciaria.
En la vertiente bíblica hay que destacar lo siguiente: Fue cofundador con un grupo de amigos, todos ellos expertos en SS.EE.
Fue asimismo fundador y Director de los Cursos Bíblicos a Distancia, el Centro pionero en España de la enseñanza Universitaria a Distancia, pues se fundó un año antes que la UNED.
«El Padre Nuestro, la oración de la utopía», editado por San Pablo, que ha sido traducido también al Portugués Ha colaborado con trabajos especializados en diversos Diccionarios Bíblicos.
Dirigió una traducción de la Biblia al español que se basó en los textos originales.
También fue, en 1981, el primer delegado nacional de la Conferencia Episcopal Española para la Pastoral Penitenciaria.