Martín Lumbreras Peralta

Fue beatificado en abril de 1989 por el Papa Juan Pablo II.Peralta todavía tenía un fuerte deseo de evangelizar Japón.Había surgido hostilidad entre los comerciantes chinos, que les dieron paso a Japón.Al enterarse de esta traición, Peralta y Melchior, huyeron a las montañas, donde se hicieron amigos del padre dominico Domingo Ibáñez de Erquicia.Melchor murió cuatro horas después del inicio de la ejecución, mientras que Peralta, ante el asombro de los espectadores, aguantó dieciocho horas.