Martí Sureda i Deulovol

Destacó, principalmente, como arquitecto municipal de la ciudad de Gerona, donde trabajó entre 1847 y 1859, realizando importantes proyectos urbanísticos y arquitectónicos.

Se encargó de sanear, urbanísticamente, el barrio viejo de la ciudad y de ordenar los nuevos espacios que se iban abriendo en la parte izquierda del río Oñar, especialmente el barrio del Mercadal.

Planificó, en 1855, la Plaza de la Independencia, que se construyó sobre el espacio que ocupó el antiguo convento de San Agustín.

Tenía que ser una plaza cerrada y porticada, con construcciones idénticas, de estilo neoclásico, racionalizado y uniformado.

La idea de Sureda no se materializó (parcialmente) hasta 138 años después.