Tenía un talento natural para el periodismo y el escenario y, a los veinte y seis años, se retiró del mundo de los negocios para dedicarse a escribir obras de teatro.
Más de sesenta de sus melodramas, operetas y comedias fueron producidas en Londres.
En 1841, Lemon y Henry Mayhew concibieron la idea de un semanario humorístico que se llamó Punch.
El semanario fue durante algún tiempo un fracaso en lo comercial, por lo que Lemon debió subsistir con los ganancias de sus obras.
Con el tiempo Lemon se convirtió en único propietario y editor de Punch, logrando gran popularidad e influencia.