[1][2] En 2007, recibió el Premi Jaume I d'Acció Ciutadana de la Fundación Carulla por su compromiso pedagógico en la inclusión del valenciano en la escuela pública.
[4] Fue una de las primeras personas en introducir el valenciano en la escuela pública en 1974.
[5] Debido a su lucha, Arroyo se convirtió en un símbolo de una generación de docentes decididos a implantar el valenciano en los colegios.
[1] En 1972, se casó con el escritor y traductor Josep Piera.
En 1992, colaboró en la edición del libro Trapatroles, lecturas para la educación primaria.