En 1870, Hortense viajó con Cézanne a L'Estaque, para evitar que fuera reclutado.
Durante años, la relación se ocultó al padre de Cézanne.
Las dificultades financieras hicieron que ella regresara a Provenza, pero permanecieron en habitaciones separadas.
La diabetes del pintor, diagnosticada en 1890, provocó comportamientos que afectaron a su matrimonio.
La muerte de la madre del pintor, en 1897, le permitió reconciliarse con su mujer, aunque su relación siguió siendo tormentosa.