Mariano Alonso y Castillo (Granada, 1795-Huelva, 1859) fue un político español, gobernador civil de Huelva a mediados del siglo XIX.
Gracias a sus gestiones, no sólo no se derribó sino que en 1856 fue declarado Monumento Nacional, pasando a la historia como la persona que salvó el monasterio.
La consulta fue precedida de una tasación pericial que valoró la Rábida para la venta en la miserable suma de cuatro mil novecientos cincuenta reales.
Ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, finalizando su escrito en los siguientes términos, "porque si en derribar y destruir parte de esos recuerdos fuésemos muy apresurados, la censura pública y la historia misma se apoderaría de nuestros actos, entregándonos a la animadversión de nacionales y extranjeros".
[4][5] Mariano Alonso también publicó varios libros, entre ellos el titulado Una voz a los electores para las próximas Cortes (1839).