Mariana de Carvajal y Saavedra

[5]​ Son independientes entre sí pero los narradores son amigos de doña Lucrecia de Haro, un personaje ficticio, viuda rica y hermosa, que los ha invitado a pasar una velada en su casa.

[2]​ Recuerda a María de Zayas en el estilo y la intención.

"[8]​ Estas novelas son un compendio de costumbres y prácticas del siglo XVII español.

En ellas refleja la crisis económica que se vivía en aquellos momentos en España, y cómo la Corte no podía sostener al número de personas que pretendía vivir de ella.

En la novela segunda, La dicha de Doristea, todos los personajes son descritos por sus títulos nobiliarios y posesiones.