Mariana Pineda

La pareja tuvo una primera hija en Sevilla, donde residió un tiempo, pero falleció al poco de nacer, y después de trasladarse a Granada, donde vivieron en casas separadas, tuvieron una segunda hija, que fue Mariana.La estratagema de la que se valió para liberar a su primo en 1828 fue introducir unos hábitos en la cárcel y entregárselos a Fernando, que disfrazado de fraile salió de la prisión sin mayores dificultades porque, como había observado Mariana, los muchos clérigos que entraban y salían del establecimiento nunca eran controlados por los guardias.[6]​ En alguna otra ocasión también atrajo la atención del alcalde del crimen Pedrosa a causa de la denuncia presentada contra ella por un tal Romero Tejada por unas supuestas conexiones con los «anarquistas» -que era el nombre que entonces también utilizaban los absolutistas para referirse a los revolucionarios liberales— de Gibraltar.El caso nunca llegó a juzgarse aunque Mariana en prevención ya había solicitado los servicios del abogado José María Escalera.[8]​ La policía absolutista del ministro Francisco Calomarde estaba alerta desde que supo que el general José María Torrijos, que junto con el general Francisco Espoz y Mina, era el líder de los liberales exiliados, había llegado a Gibraltar a principios de septiembre de 1830.[10]​ Según Carlos Serrano, las condiciones en que se encontró la «bandera» en casa de Mariana «hacen sospechar que la introdujo en ella algún agente manipulado por la policía, sin duda una de las propias bordadoras del Albaicín a quien ella tenía encomendado el trabajo y que, descubierta o denunciada, se habría visto más o menos obligada a introducir el famoso pendón en su casa para que pudiera ser «descubierto» luego allí y sirviera de base para la acusación».Por otro lado se especuló que la detención y la condena a muerte de Mariana se debía al despecho sufrido por el alcalde del crimen Ramón Pedrosa que estaría enamorado de ella.[18]​ Así pues, según Carlos Serrano, «la argumentación del abogado defensor es muy probable que sea la que más se acerque a la verdad de lo que efectivamente había sido la actuación de Mariana en los primeros meses del fatídico año de 1831: estar en contacto con masones y prepararles algunos distintivos para sus logias».Sin embargo los masones «a su vez indudablemente se relacionaban, cuando no se confundían, con los grupos de conspiradores liberales que estaban tramando en esos meses un levantamiento generalizado por todo el sur andaluz», por lo que «Mariana estaba efectivamente relacionada con esa revolución que con tanto ahínco la policía de Fernando VII y de Calomarde intentaba prevenir en torno a 1830».El día de su ejecución al parecer había preparada una operación destinada a liberarla durante el trayecto que conducía del convento de las Arrecogidas Santa María Egipcíaca, donde había permanecido internada, hasta el Campo del Triunfo donde estaba montada la cruz, pero por motivos desconocidos no tuvo lugar.En este último punto, la condición femenina de Mariana es usada como un agravante... (“Sólo esclavos cobardes podían / inmolar a una débil mujer”, dice uno de los muchos poemas escritos en su honor, recopilados por Antonina Rodrigo)».Fue redescubierta con el advenimiento del Sexenio Democrático y, sobre todo, con la Primera República Española, que erigió en su memoria un monumento público en 1873 en Granada.Con la Restauración regresó al olvido para ser de nuevo reconocida y exaltada su persona durante la Segunda República.[27]​ En la obra Lorca huye del mito liberal y lo que muestra en su lugar, según Carlos Serrano, «es su inconformidad histórica, su imposibilidad íntima de avenirse al absolutismo fernandino, los resortes de su rebelión privada que la lleva al suplicio público».
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Retrato de Mariana Pineda. Grabado del año 1862 de Isidoro Lozano en el ayuntamiento de Granada .
Reconstrucción hipotética de la «bandera» que supuestamente estaría bordando Mariana Pineda y que motivó su detención, juicio y ejecución
Cuadro de Juan Antonio Vera Calvo de 1862 que muestra a Mariana Pineda en capilla, antes de ser llevada al cadalso
Mariana Pineda en el patíbulo.
Monumento a Mariana Pineda en la Plaza de la Libertad de Granada, donde se trasladó en 1988 (anteriormente había estado ubicada en la cercana plaza del Triunfo). [ 23 ] ​ La inscripción en el monumento reza así:

« En 26 de mayo de 1831 fue sacrificada en este sitio destinado al suplicio de los criminales la joven doña Mariana Pineda porque anelaba (sic) la libertad de la patria. El Ayuntamiento Constitucional y la Audiencia Territorial dispusieron en 1840 que en memoria de tan ilustre víctima se colocase en este lugar el Sagrado Signo de nuestra Santa Religion y que no se volviesen a hacer ejecuciones de justicia en el
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