A pesar de haber sufrido ya años de declive, Indústrias Reunidas Fábricas Matarazzo seguía siendo el mayor conglomerado empresarial del país y ella decidió concentrar la producción en las ramas de más éxito: papel, química y alcohol.[1].
En 1981, todo el sector textil del IRFM fue vendido a la empresa Cianê.
María se enfrentó a una lucha de poder con sus hermanos y los ingresos disminuyeron aún más debido a las repetidas recesiones de la economía.
[2] En 1983, el grupo intentó llegar a un acuerdo con 27 empresas para evitar la quiebra, que fue suspendido por los tribunales al cabo de dos años.
En 1990, se cerró todo el complejo químico, situado en São Caetano do Sul.