A mediados del 2009, jugaba en ese mismo club en la Primera B Nacional, pero lamentablemente para él, descendió a la Primera B Metropolitana.
Para el Apertura 2010 pasó a Huracán, en el mismo descendió en la temporada 2010/2011 a la B Nacional.
En junio de 2011 pasó a jugar a Club Sportivo Independiente Rivadavia de Mendoza, que juega precisamente en la Primera B Nacional.
Luego fue a parar a Talleres de Córdoba donde sus malas actuaciones le hicieron acreedor de una mala reputación, y continuó su carrera en Tristán Suárez.
A mediados de 2015 retorna a Los Andes para disputar la segunda rueda de la B Nacional.