Marc van Roosmalen

Nació y creció en Tilburgo, una ciudad en la parte sur de los Países Bajos.

[5]​ Esta obra llegó a manos del director del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia (INPA), quien en 1986 contrató a marck para que replique el estudio en el Amazonas brasileño.

[1]​ Desde allí comenzó a estudiar la biodiversidad amazónica que permanecía aún sin describir.

Él adscribe a la tesis de Alfred Russel Wallace, quien desarrolló sus ideas evolutivas en observaciones hechas durante su larga estancia en el Alto río Amazonas; en su tratado sobre los monos del Amazonas del año 1854[6]​ esgrimió la hipótesis de "ríos como barreras", en el aspecto de que los grandes cursos fluviales de la cuenca del Amazonas constituían barreras naturales que al mismo tiempo que separan, crean regiones evolutivas con biodiversidades genéticamente distintas.

Gracias a esta teoría Van Roosmalen pudo comprender la evolución y la filogeografía de los seres vivos amazónicos.

Como respuesta, recolecta especímenes cazados por los aborígenes, tanto los monitos huérfanos (obteniéndolos a cambio de pollo que transporta congelado) como pidiéndoles restos de los animales que ellos cazan.

[2]​ Sus mayores estudios los ha efectuado en las selvas de los ríos Aripuana y Arauazinho, dos afluentes del río Madeira, el cual es a su vez uno de los principales afluentes del río Amazonas.

En 1999, fundó la ONG Amazon Association for the Preservation of High Biodiversity Areas (AAPA).

Mediante esta entidad logró recaudar fondos económicos tanto para continuar con sus investigaciones como para comprar y proteger hábitats, uniendo de ese modo descubrimientos científicos de nuevas especies con la protección del medio ambiente en que habitan.

[1]​ En 1996, se convirtió en un consultor para una compañía de producción británica llamada Survival Anglia, fundada por el documentalista Nicholas Gordon.

Esta empresa quería rodar tres películas sobre la fauna amazónica, por lo cual le entregó dinero a Van Roosmalen para que compre un terreno para hacer allí un centro de rehabilitación de fauna.

Terminada la filmación, tres años después, Gordon y Van Roosmalen discutieron por un problema de índole económica, lo que llevó a que Gordon se queje ante la agencia ambiental Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA), el cual abrió una investigación oficial.

Esto en razón de que en su revisión del año 2002 le había rendido honor al Príncipe Bernhard (el cual donaba dinero para comprar tierras y crear en ellas reservas naturales) con el nombre de Callicebus bernhardi.

[1]​ Poco después, una integrante del parlamento brasileño (llamada Vanessa Grazziotin) se interesó por el caso de la supuesta biopiratería y lo llamó a declarar ante el Parlamento.

El gobierno del estado de Amazonas por su cuenta también presentó cargos por delito ambiental.

El estado jurídico de los terrenos que había comprado entró en un limbo legal.

Después de una batalla legal, en 2009 fue absuelto de todos los cargos gracias a que sus abogados (financiados por una ONG holandesa) lograron introducir un recurso ante el Tribunal Federal Superior en Brasilia.

[12]​ Por esta razón, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que primero había listado a P. maximus entre las especies con datos insuficientes, pasó finalmente a eliminarla de la lista.

[3]​ Posteriormente, van Roosmalen continuó estudiando a este atípico manatí, descubriendo que todos sus ejemplares adultos poseen una longitud de alrededor de 1,3 m. Incluso realizó un experimento, manteniendo vivo a un macho adulto cautivo en un recodo del río Arauazinho, alimentándolo con abundante comida.

Esto ha ocurrido en varias especies que quedaron confinadas a ecosistemas aislados.