Entre los muchos pueblos fundados por el explorador Antônio Rodrigues Velho está el de Sao Joanico.
Una nueva capilla fue construida, y el festival adquirió la denominación de Santo Antônio das Maravilhas.
En homenaje al patrono y dada la abundancia en aquella región, de una flor conocida como bonina o margarita del prado, la ciudad pasa a ser conocida como Maravilhas.
Maravillas posee su Vía Crucis, que en realidad está localizado en el punto más alto de la ciudad.
Junto a esta actividad, la agricultura también forma una buena parte de la producción.