Este episodio fue protagonizado por Ana María Orozco, en el papel de asesina.
Se siente distinta al resto de la gente, cree que es especial y que el mundo real le queda chico.
Para ella lo esencial es el alma y busca siempre escuchar su voz interior.
Muchas veces la realidad familiar no coincide con lo que escucha en su mente.
Le dispara a su marido con una escopeta y con un revolver, luego va a la habitación de sus hijos y les dispara con el revolver, matándolos e intentándose suicidar.