Los primeros estudios los realizó en casa en compañía de una instructora.
Quedó viuda con solo 22 años y regresó a casa de su familia.
[2] María Aguilar se dirigió espiritualmente con el sacerdote franciscano José Sánchez Primo, quien le aconsejó entrar en la Tercera Orden Franciscana, de la cual llegó a ser maestra de novicias.
Con el tiempo fue naciendo la vocación religiosa y pensó entrar en la Compañía de María, sin embargo, al encontrarse con Guadalupe Hernández y María Olivares, juntas planearon la fundación de un nuevo instituto.
[3] Visto el peligro que se avecinaba por la persecución callista, la fundadora pensó en la pronta expansión del instituto, la cual le llevó a la fundación de las primeras casas fuera de México, en Colombia, España, Chile e Italia.