Aunque las mujeres en ese tiempo no recibían educación formal, ella aprendió a leer y escribir.
En su juventud, se retiró y empezó a enfocar su vida hacia la religión.
Inspirada por el sermón de san Gaspar del Búfalo que visitó su ciudad en 1822, María decidió que dedicaría su vida a la devoción y a la oración.
Con su acción misionera evangelizó toda la Chiocharía a lomos de una mula.
Durante su vida, la orden estableció más de 70 comunidades en Europa.