Su infancia transcurrió en las aulas del colegio La Providencia de Quito, recibiendo formación osa, complementada con vivencias personales en Europa, donde vivió gran parte de su adolescencia y juventud.
En 1921, apenas llegada de Europa, celebró su matrimonio con Alfredo Escudero Eguiguren, con quien se conociera en París.
Instalados en el palacete del centro histórico, María Augusta dedicó su esfuerzo al naciente hogar y su esposo a administrar sus haciendas.
El padre Eduardo Vásquez Dodero SJ fue su director espiritual por muchos años y el inspirador de las obras sociales.
[1] Su herencia para todas las generaciones fue su generosidad y su práctica cristiana en la que el amor y servicio a los demás siempre estuvo presente, fue una mujer muy importante en aquella época.