María Ana Centeno Sotomayor

Se casó en mayo de 1842, con el francés Pedro Romainville.Sus hijos fueron Eduardo Romainville Centeno y Adolfo Romainville Centeno, diputados por la provincia de Quispicanchi,[2]​ [3]​ [4]​ [5]​ ambos hermanos se casaron con las hermanas Carmen y María Vargas de la Quintana, hijas de Mariano Vargas Hurtado, hacendado cusqueño.María Ana supo crearse el mejor salón que tuvo la sociedad cuzqueña[6]​ y un hermoso museo de antigüedades peruanas.Luego de mostrarlo en varios círculos académicos allí, ante la incredulidad de aceptar la posibilidad que los antiguos peruanos pudiesen haber realizado cirugías así con sobrevivencia del paciente, es que marchó a Francia donde el médico y antropólogo francés Paul Broca lo examinó.Después de estudiar el agujero cuadrado, evidenció el crecimiento del hueso a su alrededor, y confirmó que el paciente sobrevivió a la operación y que los incas realizaban con éxito complejas cirugías.