Manuel Pinto da Fonseca

[1]​ Emprendió muchos proyectos de construcción, introduciendo el estilo barroco en toda Malta.

En 1764, aceptó la reunificación con la rama protestante prusiana de la Orden, pese a no contar con la aprobación del papa Clemente XIII.

[6]​ Hoy en día este edificio alberga la oficina del primer ministro de Malta.

[11]​ Pinto ganó una mala reputación por crear grandes deudas para el tesoro de la Orden, lo que llevó a la bancarrota.

Bernardo Tanucci presionó a Pinto para que siguiera la política borbónica de represión de los jesuitas, amenazando con un boicot a Malta si se negaba.

Pinto consultó con el papa Clemente XIII, que aceptó a regañadientes la expulsión de los jesuitas de Malta, insistiendo en que se hiciera "con la debida decencia".

Veinte jesuitas (trece padres, cinco hermanos y dos estudiantes) fueron expulsados, mientras que a tres jesuitas ancianos, dos de ellos nativos de Malta, se les permitió quedarse.