[1][2] Fue una persona carismática, dedicada a sus estudios en filosofía y creía que él era la reencarnación de un artista.
[1] También lo consideraban una especie de curandero (nahual), y llevaba a cabo varias actividades en su pueblo.
[2] Aunque Jiménez Ramírez es conocido por sus alebrijes, entre sus obras también se encuentran figuras humanas, objetos religiosos y máscaras, especialmente de animales.
[1][4] Jiménez Ramírez trabajaba el copalillo, zompantle, palo de águila y cedro.
Los dos primeros los adquiría en su localidad y los otros los compraba a proveedores en Valle Nacional e Istmo de Tehuantepec.
Para las partes que requerían mayor detalle como las orejas o colas, las tallaba por separado y luego las añadía a la pieza principal.