Manuel Jiménez Ramírez

[1]​[2]​ Fue una persona carismática, dedicada a sus estudios en filosofía y creía que él era la reencarnación de un artista.

[1]​ También lo consideraban una especie de curandero (nahual), y llevaba a cabo varias actividades en su pueblo.

[2]​ Aunque Jiménez Ramírez es conocido por sus alebrijes, entre sus obras también se encuentran figuras humanas, objetos religiosos y máscaras, especialmente de animales.

[1]​[4]​ Jiménez Ramírez trabajaba el copalillo, zompantle, palo de águila y cedro.

Los dos primeros los adquiría en su localidad y los otros los compraba a proveedores en Valle Nacional e Istmo de Tehuantepec.

Para las partes que requerían mayor detalle como las orejas o colas, las tallaba por separado y luego las añadía a la pieza principal.

Angelico Jiménez, hijo de Manuel, en el taller familiar.