A los siete años quería tocar el violín, pero no había dinero para comprar el instrumento.
Llegó a participar en algunas exposiciones colectivas y en 1958, con veinticuatro años, hace su primera exposición individual en la Galería Alfil de Madrid, con obra de una clara tendencia geométrica.
Seguirán otras series de acrílicos sobre papel: “pintura mecánica”.
Y ha viajado por diversos países europeos: Italia, Holanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Suecia e Inglaterra.
Es decir, ha mantenido una relación multidisciplinar con lo que se podría llamar quizás quehaceres artísticos, en los que la experimentación e invención son el principio e inquietud más señalables, tanto formalmente como en el intento de remover y preguntarse sobre su aspecto social y político.