Se elabora a partir de la carne fresca del coco maduro, deshidratándola y moliéndola hasta obtener una pasta sólida.
Se comercializa en forma de bloques sólidos blanquecinos, y se puede almacenar a temperatura ambiente.
Si se le añade agua caliente, se convierte en leche o crema de coco.
La manteca de coco se usa mucho en recetas de la cocina india, indonesia y tailandesa, y es muy apreciado para enriquecer (y espesar) platos de curry y salsas.
En Occidente se suele usar en pastelería, heladería y para la elaboración de salsas.