La mansión se ubicaba en el número 1230 de la Avenida Paulista en su esquina con la Rúa Pamplona.
En esta primera fase, la mansión sirvió de residencia al conde Francesco Matarazzo.
La condesa Mariângela, viuda del conde, y su hija Maria Pia Matarazzo, vivieron ahí hasta 1989.
La familia, que exigía una indemnización millonaria, intentó hacer caer la casa durante una madrugada a través de una bomba detonada en su sótano.
A pesar de que el inmueble no se derrumbó, la explosión comprometió su estructura.