Vivió en Marishane, un pequeño pueblo cerca de Pietersburg, Sudáfrica.
Tras el trabajo durante décadas de misioneros alemanes e ingleses en el Transvaal, a comienzos del siglo XX se estableció una minoría Pedi cristiana que fue siempre vista con digusto por el resto de la tribu, fiel a su religión animista tradicional.
Manche Masemola participó en la catequesis de preparación al bautismo, en una iglesia anglicana, junto con su prima en contra de los deseos de sus padres, que no dudaron en amenazar a su hija por su conversión.
Una noche, a la vuelta de la iglesia, se cree que su propia madre la asesinó, al considerar que el comportamiento de Manche había perjudicado un matrimonio beneficioso para su hija.
Sin embargo, la propia madre siempre negó ser la asesina, e incluso se bautizó cuarenta años después (1968).