Mahram Bilqis

La larga caminata hasta la entrada del templo sirvió para permitir a los peregrinos despejar sus mentes y formular pensamientos en relación con la deidad que se adora.

Estaba dedicado a la principal divinidad sabea, el dios de la luna, Almaqah.

[2]​ La primera persona en excavar el templo fue el norteamericano Wendell Phillips, quien se trasladó hasta allí en los años de 1951 y 1952.

Cuando iniciaron las tareas, solamente quedaban a la vista las partes superiores de ocho columnas del templo, así como las secciones también superiores de una pared ovalada.

Se localizaron nuevas inscripciones y pudieron desarrollarse planos topográficos digitales, así como modelos tridimensionales del lugar.

Imagen de las ruinas de Mahram Bilqis (1986).