[1] La película se ha perdido por completo y no quedan más que noticias de periódicos.
Se podía ver a los grandes trasatlánticos navegando al lado del Palacio Real.
[1] Según Román Gubern, «el título es adscribible a una derivación específica del futurismo, la que Eisenstein denominó ‹urbanomanía›.
En pintura, los temas urbanos habían aparecido como fruto de la ruptura antiacadémica del siglo anterior [...].
[2][3][6] Gracias a esta actividad económica, Madrid se ha convertido un emporio europeo, un gran centro de negocios internacional.