[2] Jesús aparece mucho más crecido que en otras pinturas contemporáneas de este tipo.
[3] Según el análisis del Prado, el libro representa una alusión a las "Sagradas Escrituras que anuncian la misión redentora de Cristo".
[3] Los pliegues del largo manto de la Virgen ocupan el espacio pictórico, ocultando su trono y cayendo hasta cubrir sus pies.
Estas líneas y los cálidos colores dan a la escena un sentido de armonía interna.
[6] Hasta mediados del siglo XX, todos los análisis histórico-artísticos hacían poco énfasis en la edad que representa tener Jesús, más avanzada de lo habitual en este periodo.
Tampoco hacían hincapié en la importancia del manuscrito o la forma enérgica en la que Jesús parece hojearlo bajo la indulgente mirada de María.
[7] Su mano derecha arruga varias páginas a las que no presta atención, mientras con la mano izquierda, con más cuidado, parece a punto de pasar la esquina izquierda de la página opuesta.
Era habitual incluir los libros sagrados en las representaciones de la Virgen María en la pintura norteña del siglo XV.
[8][9] El historiador del arte Lorne Campbell cree que la pintura fue influida por la Virgen María y el Niño de Robert Campin -ahora en Frankfurt.