Nobbs comenzó su vida laboral como mecanógrafa de taquigrafía, pero sentía claramente que este era el "trabajo equivocado" para ella.
Esta historia familiar, y la creencia de que su talento personal radicaba en las matemáticas y la geometría, animó a Madeleine, después de leer un libro sobre dibujo técnico, a decir que deseaba ser ingeniera.
Durante la Segunda Guerra Mundial diseñó refugios antiaéreos, fábricas y ventilación para barcos.
Continuó haciendo una variedad de trabajos que le permitieron obtener experiencia práctica en el banco y en el sitio hasta que fue una ingeniera completamente calificada y se unió a la firma de su padre como socia menor en 1945.
Aunque no pudo asistir a la primera Conferencia Internacional de Mujeres Ingenieras y Científicas (ICWES) en Nueva York en 1964, realizó una detallada encuesta de mujeres ingenieras en el Reino Unido para el Congreso.