[1] Se origina en la parte proximal de la superficie posterior de la tibia (en la línea oblicua, debajo del músculo sóleo[1]), en la membrana interósea de la pierna y en la cara medial del peroné (regiones adyacentes de tibia y peroné,[2][3][4] mientras que en su zona inferior forma un tendón que traspasa por detrás del maléolo interno del tobillo, llega a la planta del pie y se inserta en la tuberosidad del hueso escafoides (también conocido como navicular), en la apófisis menor del calcáneo,[4] dando expansiones a la superficie plantar de los huesos cuneiformes medial, intermedio y lateral, a la cara plantar del cuboides y a la cara plantar de la base de los metatarsianos II, III y IV.
Primeramente este tendón se sitúa superficial al flexor largo de los dedos.
En el quiasma crural (premaleolar) el tibial posterior ha cruzado profundamente el tendón del flexor lardo de los dedos.
En cambio, en el quiasma plantar (postmaleolar), los tendones de los músculos involucrados se sitúan en el siguiente orden: tibial posterior – flexor propio del dedo gordo – flexor largo de los dedos.
[1] Las más frecuentes son las tendinopatías (lesiones del tendón), habituales durante la actividad deportiva, sobre todo en los corredores de distancias largas.