Luciferina (película de 2018)

La cinta en cuestión es la primera entrega de lo que se ha planeado como una trilogía, con las secuelas aún por realizarse, Inmaculada y Gótica.

La hermana de Natalia, Ángela (Malena Sánchez), también parece estar luchando contra sus propios demonios internos (es alcohólica, drogadicta y sufrió un aborto).

Ángela le cuenta a Natalia que su madre supuestamente se volvió loca, utilizando sangre para pintar imágenes de pesadilla en varios lienzos.

Pero teme por la seguridad de su hermana en el peligroso viaje con su volátil novio, así que acepta a regañadientes acompañarla.

El chamán (Tomás Lipán) utiliza un asilo abandonado junto a una iglesia en ruinas en medio de una isla para sus rituales.

Cuando Natalia llega a la isla, está segura de haber estado allí antes, aunque no comprende su papel en esa historia.

Con la ayuda de la hermana Gregoria (Marta Lubos), una monja que ha estado esperando en las ruinas de la ermita una generación para este conflicto, la chica deberá enfrentar a las fuerzas diabólicas que han matado a los jóvenes y amenazan con poseerla.

Todo ello culmina con Natalia aceptando que ella ha sido traída a este mundo como la nueva portadora de luz.