La descubrió en un casting gracias a la recomendación de su hermana Rebeca, cantante.
En la película de Trueba compartía protagonismo con Fernando Ramallo y Luis Cuenca.
Abandonó el papel protagonista en esta serie para dedicarse de lleno al cine.
Luego protagonizó otras películas como Silencio roto o la peruana Tinta roja.
En 1996, estuvo nominada al Goya a la mejor actriz revelación por La buena vida.