La lesión dentro de las primeras 24 horas se caracteriza por edema, dolor localizado y eritema, que evoluciona de 24 a 36 horas a una "placa marmórea" (área intercalada de palidez y equimosis) de bordes generalmente irregulares circundada por eritema y edema indurado, dolorosa a la palpación, que al tercer o cuarto día evoluciona a necrosis.
Posteriormente se forma una escara negra que comienza a desprenderse dejando una úlcera que puede tardar varios meses en cicatrizar o requerir cirugía reconstructiva.
[2] Es menos común y se considera un cuadro de mayor gravedad que el anteriormente descrito.
Se caracteriza por hemólisis y coagulación intravascular diseminada (CID).
Los pacientes pueden llegar a presentar insuficiencia renal aguda que frecuentemente es letal.