Pero después de la súbita muerte de su esposa, decide no volver a tocar acordeón maldito nunca más y se embarca en un último viaje para devolver el instrumento a su legítimo propietario, convencido de que no podrá encontrar la paz hasta que lo haya hecho.
Juntos emprenden el recorrido desde Majagual, Sucre (Colombia) , hasta más allá del Desierto de la Guajira.
Durante su viaje, Carrillo participa en la primera versión del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar.
[1] Guerra ve el vallenato como un componente cultural importante señalando "Si existen el imaginario norteamericano del western y el imaginario chino del género fantástico de artes marciales, aquí hay uno muy rico en el vallenato".
La búsqueda de la película de devolver el acordeón es un homenaje a esas comunidades...»Al igual que otros, elogió la cinematografía diciendo: «La cuidadosa cinematografía de Guerra ofrece tanto un plato tentador como un desafío para el público: tomas panorámicas, largos silencios, diálogos cortos, sonido nítido y amplio.
Estos elementos nos permiten perdernos en una experiencia sensorial que también puede cuestionar nuestras ideas cinematográficas tradicionales sobre el tiempo».