(en inglés “Boys are stupid, throw rocks at them!”) es un eslogan de la empresa de ropa David and Goliath.
La campaña consiguió la atención del público y llevó a que las camisetas fueran retiradas de varios miles de tiendas.
Los críticos argumentan que la aceptación general de esa clase de material es una evidencia de una profunda y sutil cultura de desprecio y odio hacia los hombres en la sociedad occidental, afirmando que un diseño similar apuntando a un grupo distinto (como por ejemplo los negros, los judíos o las mujeres) no sería tratado con la misma tolerancia.
[4] Glenn Sacks, quien inició su campaña contra las camisetas en el año 2003, afirmó que eran parte de un estado de ánimo general en la sociedad que estigmatiza y victimiza a los chicos.
La empresa por su parte negó que las camisetas fueran pensadas para estimular a la violencia a través de un humor sádico y lleno de odio.