Pagados a comisión, todos viven en condiciones sociales muy precarias.
Harashima, un empleado de banco despedido por sus actividades sindicales, vive en un matrimonio infeliz con una esposa que se niega a divorciarse de él sin recibir una indemnización.
La última en ser detenida es Akiko, que necesitaba el dinero para una operación a su hijo desfigurado y la está esperando la policía en el hospital donde está siendo tratado su hijo.
En su lugar, Itō Takerō, de la compañía independiente Dokuritsu Eiga, ayudó a financiar la producción.
[3] El filme se estrenó solo en unos pocos cines independientes y fue un fracaso de público.