Campaña antiargentina

La “campaña antiargentina” fue desarrollada especialmente durante todo el año 1978 por el gobierno militar, y en la cual los medios de comunicación cumplieron un papel fundamental.

La empresa Libson S.A. pagó 16 117 dólares por 250 mil calcomanías en 1979 con dicho lema, ideado a pedido de la dictadura por la empresa Burson-Marsteller, ya contratada en 1978 para mejorar la imagen de Videla.

[3]​ Los esfuerzos de la dictadura no sólo se centraron en los aspectos comunicativos.

El objetivo de la patota era desprestigiar a los activistas, mostrándolos como falsos desaparecidos que, en realidad, vivirían un exilio dorado en el extranjero.

Había sido envenenada y dejada cubierta de mantas para que su cadáver se descompusiera con rapidez.

Calcomanía con el eslogan «Los argentinos somos derechos y humanos», repartida por la dictadura en 1979, en ocasión de la visita a la Argentina realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos .