Nada queda del bosque autóctono o monte.
Nacida en torno al "Ingenio Azucarero Los Ralos", se estableció como una villa próspera en sus inicios.
Desde el cierre del Ingenio en 1965, la situación económica y social es de elevada precarización laboral y desocupación, si igual que otras localidades de la provincia en las que también se cerraron ingenios en la misma época.
Durante años fueron introducidos de a miles trabajadores manuales del campo provenientes del Chaco argentino, que eventualmente se radicaban durante varias cosechas en la localidad o permanecieron por generaciones dejando descendientes hasta la actualidad.
Una parte menor trabaja en el comercio en la capital de la provincia, en la industria de la caña y el limón y en el empleo público en el Estado provincial.