Aunque era sintomático que la familia Campanelli pareciera concluir en hijos jóvenes, unos ya casados y otros con propensión a la soltería y a cierta propensión a la promiscuidad (presentada como picardía, estos eran los personajes actuados por Santiago Bal -que parecía reproducir a un Isidoro Cañones- y por Liliana Caldini que era la bella joven rubia y de ojos claros de veinte años recién cumplidos que siempre estaba inocentemente ubicada en situaciones sexuales algo comprometidas, ambos muy jóvenes -hijo- abusaban de la confianza del padre al relatarle sus andanzas en una jerga contemporánea desconocida por el padre y que engañaba al padre anciano que suponía entender las trapisondas "explicadas" por estos hijos creyéndolas buenas e inocentes acciones, por ejemplo ante el vivillo hijo menor el padre inocentemente creyendo que le habían relatado una buena acción le respondía en cocoliche: "¡É un ányelo, non vuola per que é picchione!"
y sin embargo algo es muy sintomático: que en esa familia de clase media no aparecieran niños que indicaran la proyección exitosa de esta familia extensa en más nuevas generaciones.
", luego cuando los comensales en la gran mesa se calmaban el mismo patriarca estimulado por la matriarca se expresaba alegre y casi nostálgico, abrazando a su esposa en la cabecera de la mesa decía sonriente: "¡Qué lindos son los domingos!...
Protagonizada por los veteranos Adolfo Linvel (Don Carmelo Campanelli) y Menchu Quesada (Doña Lucía Campanelli), y Raimundo Pastore en el papel del vecino gallego, catapultó a la fama a muchas figuras de su nutrido elenco, entre ellos Marcia Bell, Claudio García Satur, Santiago Bal, Alberto Anchart, María Cristina Laurenz, María Militello, Edda Díaz, Carlos Scazziotta, Tino Pascali, Zulma Grey, Osvaldo Canónico, Arturo Puig, Liliana Caldini, Tito Mendoza, Gloria Montes, Alejandra Kliment, etc. Cada personaje definía arquetipos argentinos y más minuciosamente porteños: el vago, el funebrero, el empleado público, el heredero, el vecino, la mucama (empleada doméstica, fámula, es decir: mujer que es Personal Auxiliar de Casas Particulares) entrometida, la gorda, el flaco, el solterón, el mujeriego, el amargado, etc. Fue llevada al cine en dos oportunidades (El picnic de los Campanelli en 1972 y El veraneo de los Campanelli en 1971) dirigidas por el peruano nacionalizado argentino Enrique Carreras, aunque sin repetir el éxito televisivo y teatral.
En Canal 13: escenografía: Elida Hernández / asistente de dirección: Eugenio O'Higginis / dirigidos por Carlos Escalada y Gerardo Mariani.