La formación más estable estuvo integrada por Alfonso González Poncho, Carlos Álvarez, Agustín Rodríguez y Paco Quero.
En 1976, Poncho y José Luis fallecieron en un accidente de circulación que acabó, además, con la existencia del grupo.
Después de una actuación en la Costa Granadina, incorporaron a su primer —y eventual cantante— Julián Granados y al baterista Poncho González quién casi de inmediato pasó a ser cantante-baterista, incorporando entonces al pianista Miguel Megías (Julián fuera del grupo llegó a acumular una extensa discografía en grupos como Los Brisks, Los Buenos y, posteriormente.
La denominación del grupo hasta mediados de 1963 fue Blue Angels, fecha en la que decidieron expresarlo en español, Los Ángeles Azules.
Los Ángeles Azules alcanzaron buena fama en su Granada natal y en Málaga durante ese trienio.
Sus temas de orientación italofrancesa, acreditaban la facilidad del grupo para moverse por diferentes palos estilísticos, aunque ya anunciaban su predilección por The Beatles al interpretar I saw her standing there.
Los Ángeles prescindieron del teclado y de la música mediterránea para centrarse en el pop rock angloestadounidense en el que ya se habían iniciado.
En Torremolinos formaron parte la mayor movida de ocio en torno a la música que hasta entonces había conocido la juventud española.
Allí intercambiaron experiencias con varios artistas extranjeros de los que importarían los modos y ritmos del nuevo sonido.
Allí los descubrió el productor musical Rafael Trabucchelli, quién decidió incorporarlos a la discográfica Hispavox donde ya entraron con el nombre de Los Ángeles (sin azules).
En 1970, participaron en el festival Varadero 70 de Cuba y desde entonces cuentan con numerosos seguidores en la isla.
El silencio de Los Ángeles duraría quince años, los mismos que tardaron en volver a los escenarios.
Un día antes se presentó en Granada la biografía titulada Los Ángeles: una leyenda del pop español (Ediciones Ramalama, 2006), escrita por el periodista Fernando Díaz de la Guardia y prologada por Miguel Ríos.
Ambos trabajos confirman la vigencia que la música del conjunto mantiene cuatro décadas después de su fundación.