[1]Debido a su poder de recubrimiento, se utiliza para preparar pinturas blancas y dada su baja toxicidad, desde finales del siglo XIX se emplea como sustituyente de otros pigmentos basados en el plomo.
Aunque su popularidad alcanzó su punto máximo alrededor de 1920, se produjeron aproximadamente 223 352 toneladas en 1990.
[3] Aunque el sulfato de bario es casi completamente inerte, el sulfuro de zinc se degrada al exponerse a la luz ultravioleta, lo que provoca el oscurecimiento del pigmento a largo plazo.
Para suprimir este efecto, se puede utilizar un dopante, como una pequeña cantidad de sales de cobalto, que se añadiría a la fórmula.
Este proceso crea sulfuro de cinc dopado con cobalto.
Una vez seco, se moltura hasta obtener la textura idónea para la preparación de la pintura.