Muchos autores sami prefieren la publicación en las lenguas nacionales, el sueco, noruego o finés.
Esta literatura no tiene una tradición literaria escrita antigua, pero la narrativa oral tiene orígenes muy anteriores.
Inicialmente, el yoik tenía su función como parte de los ritos religiosos.
Como parte del entusiasmo que generó en el siglo XIX el folclore, se realizaron colecciones de yoiks.
En 1984 se aceptó por primera vez obras en saamí para el premio literario del Consejo Nórdico, que recibió por primera vez un autor que escribía en lapón en 1991, el ya mencionado Nils-Aslak Valkeapää.