Ocurre que la mayor parte del vocabulario de una lengua depende de factores culturales y cambia, no por evolución histórica, sino por motivos relacionados con cambios sociales que son extralingüísticos.
Principalmente los cambios no controlados se deben a razones culturales, motivos de difusión tecnológica (la palabra televisión se encuentra en casi todas las lenguas actuales), políticos, económicos, etc.
Consciente de este problema, Morris Swadesh supuso que, sin embargo, existía lo que él llamaba "vocabulario básico", esto es un vocabulario más estable y menos sujeto a cambios culturales, sino a una evolución mucho más lenta y menos influida por factores extralingüísticos.
Este vocabulario básico constaba de palabras como 'agua', 'mano' o 'mujer', conocidas en cualquier cultura y tan fundamentales y simples que difícilmente fueran a ser sustituidas mediante préstamos de otras lenguas.
La glotocronología supone que existe una tasa aproximadamente constante de cambio en la evolución lingüística.
La constancia estadística ha sido altamente criticada pues está basada en resultados obtenidos para un número muy limitado de lenguas.
Algunos lingüistas han señalado que no es razonable pensar que incluso una misma lengua evolucione a una tasa constante en dos momentos históricos distintos, aunque la afirmación de Swadesh es que en períodos largos los períodos de cambio acelerado y cambio ralentizado se compensan aproximadamente.
Lingüistas como Serguéi Stárostin han usado esta lista más corta en lexicoestadística para trabajos comparatistas de largo alcance.