Por la amistad entre su padre y el director del diario porteño La Razón (del cual sería colaborador años después), Lino consiguió que se publicara en este medio, en 1920, su caricatura acerca de un atleta cuyo nombre olvidaría, que fue el primer trabajo por el cual cobró y que inició su carrera profesional.
Por esa época, junto al músico Adolfo Rosquellas editó la revista "El Cuco" que aparecía en forma esporádica, cuando había capital para producirla, hasta que la publicación fue cancelada en forma definitiva.
Este medio impreso tuvo corta existencia, pero la caricatura se continuó publicando en otros periódicos.
En 1931, fue contratado por el diario argentino "La Prensa" para ser el director artístico del suplemento infantil semanal.
En 1939 incursionó en el cine realizando en colaboración con Mario Ramos el guion del filme No te metás, Joaquín, que dirigió Jacobo Muchnick.
Allí resumía con sus dibujos las alternativas bélicas y los movimientos estratégicos de los principales líderes europeos implícitos en esa guerra: Churchill, Rooselvelt, Hitler, Stalin, Mussolini, Tojo, De Gaulle, Chamberlain y Franco, entre otros.
Lino Palacio aceptó la imposición de la dirección del medio impreso y dejó de dibujar no sólo "Avivato" sino también Don Fulgencio, el hombre que no tuvo infancia, historieta que representaba a un hombre adulto con actitudes infantiles, las cuales eran resultado de habérsele prohibido expresar emociones durante su niñez.
También se destacan sus pequeñas esculturas realizadas en cerámica esmaltada distinguiéndose su policromía y que reproducen el estilo caricaturesco apreciado en sus ilustraciones.
Esta muestra, que tuvo gran repercusión en el público y la prensa, se transformó en un homenaje a su importante trayectoria.