Las últimas dos sobrevivientes; Bárbara Joyce West y Milvina Dean, eran tan sólo unos bebés de 11 y 2 meses de edad respectivamente cuándo sucedió el naufragio, por lo cual era imposible que pudieran recordar algo.
En el naufragio, murieron su padre, sus hermanos mayores y su hermano mellizo, tan sólo sobrevivieron su madre, el pequeño Félix y ella.
A pesar de ello, en 1989, 77 años más tarde, declaró cómo subieron en el bote número 15 a través de una ventana.
Recordaba, también, a su padre y sus hermanos despedirse.
Ninguno de sus hermanos fueron encontrados o, en ese caso, no fueron identificados.