Posteriormente fue aprovechado para escribir la historia de la abadía.Su importancia radica en que contiene una sentencia considerada la primera escrita en un lenguaje que puede reconocerse como antiguo polaco,[1][2] checo y silesiano.[3] Actualmente se encuentra en el museo diocesano de Breslavia.El monje que la escribió añadió hoc est in polonico (Esto es polaco).[5][6] Sin embargo, las oraciones pudieran ser también formas primitivas de checo y silesiano, ya que la última oración contiene palabras y caracteres característicos de los alfabetos de estas otras lenguas.