Leyes (diálogo)

En él se expresan sus teorías acerca de la política y la organización social de un modo más realista y menos utópico que en diálogos anteriores (quizás influido por sus experiencias con la política en Siracusa).

Con lo que se puede entender que seguía sin poder encuadrarla dentro del marco de obras del filósofo griego, aunque haya empezado a ser considerada obra de Platón.

El mismo autor de la Paideia asegura que las Leyes no son, por su contenido, lógicas ni ontológicas y por eso es considerada como secundaria.

[5]​ Estos personajes simbolizan el sistema que va a exponerse, ateniense en gran medida en su origen, endurecido con una disciplina doria y especialmente espartana Tres ancianos, uno ateniense, otro espartano, Megilo, y otro cretense, Clinias, van de peregrinación desde Cnosos hasta el Monte Ida, santuario dedicado a Zeus.

Hacia el final del tercer capítulo, Clinias anuncia que tiene el encargo de establecer las leyes de una nueva colonia cretense y que agradecería la ayuda del ateniense.

La cuestiones tratadas en Las Leyes son, entre otras muchas: El diálogo usa fundamentalmente las legislaciones ateniense y espartana (lacedemonia) para que los dialogantes tengan presente un conjunto de leyes, más o menos coherente, para la nueva ciudad de la que están hablando.

Tanto Clinias como Megilo coinciden en señalar que la mejor legislación es la que se hace en vistas de la guerra, pues la guerra es el estado natural tanto en el individuo como entre los Estados.

Para un juicio correcto acerca de las libaciones, éstas deben ser observadas en condiciones favorables, sobre todo que estén dirigidas por jefes sobrios y moderados.