Anexo:Leyendas de Michelena
Días más tarde el padre de María Eugenia se dispuso a salir muy temprano a hacer unas diligencias, pero al regresar se le hizo demasiado tarde, teniendo que pasar frente de la cuesta del cementerio y acordándose cuando dejó al muchacho sin vida.El padre llegó asustado a la casa donde lo recibieron sus hijos y sin nada que decir cayó desmayado.Con el correr de los años, los vecinos comenzaron a ver un terrorífico espanto que bajaba del cementerio con una túnica negra, ojos brillantes y unas largas cadenas que pendían de sus brazos y se arrastraban por las calles empedradas.La Llorona tiene las manos muy grandes, y en ellas carga un bebé muerto, su hijo, por quien llora todo el tiempo desconsoladamente.Es un alma en pena que normalmente se escucha en los Los Llanos venezolanos, es un hombre alto con la ropa rota.