Leopoldo Romañach Guillén
Aunque a los cinco años queda huérfano y es llevado a vivir a España, desde entonces, su amor por el paisaje cubano se ve claramente representado en sus intentos por dejarlo plasmado en el papel, contrario a los deseos de su padre, que deseaba encaminarlo en el mundo del comercio.Luego convence al maestro Miguel Melero, director de la Academia de Bellas Artes San Alejandro para que le permita entrar a la Academia para tomar clases de colorido.La primera etapa de su obra evidencia una marcada tendencia hacia una concepción patética influenciada por el momento histórico-social en que se desenvuelve y comprende obras como: Nido de miseria, La convaleciente, La abandonada y otras.En el segundo período se ven más marcados los nuevos avances de la técnica pictórica, la tricromía y el impresionismo; corresponden a este sus obras: La promesa, La última prenda, La muchacha del abanico, La vuelta al trabajo y El ex voto, entre otras.La tercera época de su trabajo evidencia el abandono de los temas patéticos, desarrollándose su más importante labor estética en esta, lo cual podemos observar en: Hizo modelos, Primavera, Campesina, En un rincón del estudio, Cabezas, Desnudo y, su último cuadro, Impresionismo.